sábado, 5 de septiembre de 2009

Viajes y remesas sin límites a Cuba

Calle de La Habana
Los estadounidenses con familiares en Cuba podrán viajar a la isla todas las veces que quieran.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos hizo efectiva la flexibilización de las restricciones que pesaban sobre los viajes y las remesas enviadas a la isla, cinco meses después de que la medida fuera anunciada por el presidente Barack Obama.
Las visitas de familiares son ahora ilimitadas y los viajeros podrán gastar hasta US$179 diarios, llevar un máximo de US$3.000 para entregar a sus parientes y enviar remesas sin límite de frecuencia o monto.
Según las nuevas reglas, quienes vayan a la isla podrán hacerlo en compañía de personas que compartan la misma vivienda en suelo estadounidense, aunque no tengan una relación de consanguinidad con ciudadanos cubanos.
También se amplía la categoría de “familiar”, incluyendo en ese rango a padres, hijos, hermanos, abuelos, tíos, primos y primos segundos.

Intercambios

Para facilitar los intercambios entre ambos países, el Departamento del Tesoro también autorizó a bancos de EE.UU. a suscribir acuerdos con instituciones financieras de Cuba.
Las empresas de telecomunicaciones estadounidenses pueden extender sus contratos a los cubanos, además de contar con autorización para exportar la tecnología para establecer conexiones telefónicas y de internet a través de satélites y fibra óptica.
Los viajeros podrán gastar hasta US$ 179 diarios, llevar un máximo de 3 mil para entregar a sus parientes y enviar remesas sin límite de frecuencia o monto.
También se abre la posibilidad de pagar desde EE.UU. por el servicio de telefonía móvil que utilice una persona dentro de Cuba, provisto por una empresa estadounidense o de otro país.
Estas medidas hasta el momento no generaron ninguna reacción oficial de las autoridades cubanas ni ninguna indicación de que estén preparados para abrir las conexiones a internet, informó el corresponsal de la BBC en La Habana, Michael Voss.

Cambios

Hasta la entrada en vigencia de estas disposiciones, los cubano-estadounidenses podían visitar la isla una vez al año y sólo tenían permitido el envío de US$1.200 anuales, según la última modificación que había sido aprobada por el Congreso.
La política de Obama contrasta con la de su antecesor, George W. Bush, quien en 2004 endureció las condiciones del embargo.
Bajo el anterior gobierno republicano, sólo se permitían viajes a Cuba cada tres años y sólo para aquellos ciudadanos que tenían en la isla a padres, hijos, hermanos, abuelos o nietos.