martes, 8 de septiembre de 2009

Eliver Báez, un caso único en el béisbol

LISTIN DIARIO  Pedro G. Briceño    EJEMPLO DE SUPERACIÓN

Sus limitaciones no lo detienen en su esfuerzo por superarse en este deporte
Eliver Báez desarrolla sus habilidades para el béisbol, a pesar de haber venido al mundo con deformidad congénitas en ambas manos
Determinación. Eliver Báez está predestinado a continuar con su carrera en el béisbol, y de no lograrlo espera abrazar una carrera profesional, pues cursa el primero de bachillerato.
Santo Domingo.- A sus 16 años, Eliver Báez Lara acciona en el campocorto o batea una recta sobre las 80 millas como muchos aspirantes a lograr una firma para el profesionalismo. Lo relevante de su caso es que tiene la virtud de hacerlo pese a las extrañas deformaciones en los dedos de ambas manos, las cuales presenta desde el mismo momento en que vio su primera luz el 31 de enero de 1993.
Un hecho que sorprende y deja exhausto a quienes lo observan actuar con efectividad en el terreno de juego con esa deformidad congénita y sólo hace recordar aquel caso único en el béisbol en que Jim Abbott (87-108) lanzó por diez campañas en Grandes Ligas con un sólo brazo, mientras que el softbol dominicano tiene el lujo de tener un equipo llamado los “Bandidos de un sólo brazo”.
Pero el caso de Eliver es ejemplar y digno de imitar por aquellos que aún teniendo las facultades físicas normales que otorga la vida se recuestan en el rincón de la derrota, no se brindan segundas oportunidades y muchas veces ni siquiera observan como el tiempo transcurre sin darse cuenta.
Este joven, con inmensos deseos de transitar hacia adelante, sonreía a plenitud cuando LISTíN DIARIO le preguntaba sobre cómo puede practicar el béisbol, pero que no podía contener sus lágrimas cuando se le tocaba sus partes más íntimas, sólo posee los dedos pulgar e índice de su mano derecha y, apenas el meñique de la izquierda.
Aún así es capaz de batear, aparar, atrapar rodados, robar bases, lanzar e incluso lo hace con jóvenes de su misma edad.
Oriundo de Paya, Baní, es hijo mayor del matrimonio que conforman Cristian Báez Aybar (instructor de béisbol) y Domny Felicia Lara (empleada del Parador Las Marías). El joven tuvo que sacrificarse para lograr ajustarse al juego de béisbol, pues al principio le fue difícil dominar los principales fundamentos de este pasatiempo.
En los Frailes
Con frecuencia juega en la Liga Deportiva Estrellas de los Frailes, sector donde reside su tía Francis María Lara y hace un año cuando el entrenador principal Andrés Galva lo observó por primera vez no escondió su sorpresa, mucho menos creía que con esas limitaciones era capaz de jugar al béisbol.
“Cuando llegó a mi y me dijo que quería jugar me sorprendí y lo primero que hice fue que lo puse a aparar y mayor fue mi sorpresa cuando vi que lo hizo bien, recuerdo que en el primer partido lo puse contra un equipo menor pequeñas ligas y bateó de 5- 4, me dije a mi mismo este muchacho es un fenómeno, como puede hacerlo”, expresó Galva cuando fue cuestionado por LISTIN DIARIO.
En la actualidad juega a nivel juvenil y ha hecho tryouts con varias organizaciones, incluyendo los Piratas, Indios, Astros. ¡Ah!, a pesar de su pasión por el béisbol no descuida sus estudios y en la actualidad cursa el primero de bachillerato en el liceo Francisco Gregorio Billini, de Baní.
UN SUEÑO PARTIENDO DESDE CERO
PERSEVERANCIA ANTE LA ADEVERSIDAD

Su pasión por el béisbol le viene de su padre, por cerca de 30 años un trabajador de la disciplina, Eliver de pequeño muy apegado a él cuando no lo observaba en el hogar sabía que estaba en los campos de juego y se iba detrás para estar al lado de su progenitor. Al observar a los demás jovencitos jugando esto le hizo enamorarse de la disciplina sin nunca pensar cuán difícil le sería debido a sus limitaciones.
No poseía la fortaleza para agarrar el bate, entonces tomó un pequeño pedazo de madera e hizo un bate anticuado y comenzó a entrenar solo, algo que hacía a diario hasta encontrar la forma de apretarlo bien. El batea a la izquierda, pues no puede hacerlo a la derecha.
“Recuerdo que al principio los lanzadores tenían temor de enfrentarme, pues con frecuencia se me soltaba el bate y muchas veces iba a parar al montículo, hasta llegué a pegarle a varios de ellos”, recuerda Eliver sobre su difícil inicio en el béisbol.
Empero, tuvo que entrenar fuerte para aprender a agarrar el bate