lunes, 7 de septiembre de 2009

El narcotráfico es el delito más frecuente entre jóvenes

LISTIN DIARIO YANELA ZAPATA-

DE ENERO A JULIO LA JURISDICCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES TRABAJÓ 368 ACUSACIONES
Arrestos. Agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) han detenido a menores de edad en los puntos de venta de estupefacientes o cuando son usados por adultos como "mulas".
Decomisos. Drogas, dinero y armas han sido incautados a menores.
Santo Domingo.- La mayoría de los jóvenes de 13 a 18 años que delinquen incurren en la distribución y venta de drogas. Las investigaciones realizadas así lo indican y las estadísticas de la Suprema Corte de Justicia lo confirman: el narcotráfico fue la infracción más frecuente que cometieron los menores de edad desde enero 2008 hasta julio de 2009.
De acuerdo con las cifras de este período, el promedio de casos de distribución y venta de drogas por parte de menores de edad fue de 108 expedientes por año, seguido por un promedio anual de 106 delitos de robo con violencia y 76 de homicidio. Otras áreas de delincuencia juvenil son la violación sexual y de leyes de tránsito, golpes y heridas, la asociación de malhechores y el secuestro.
Las apreciaciones de la directora nacional de Niños, Niñas y Adolescentes de la Procuraduría General de la República, Marisol Tobal, apuntan a que en la actualidad los delitos más comunes en la población juvenil son el robo con violencia, el homicidio y la distribución y venta de drogas.
Reforma al código
“Hay casos lamentables, como el de Keisha, pero considero que aumentar la pena no resuelve la problemática porque, si nos ponemos a hacer un sondeo a nivel internacional, nos daremos cuenta de que los países que han endurecido las penas no han disminuido la delincuencia.
La delincuencia tiene que ver con sus orígenes, ahí es que hay que buscar la debilidad”, afirmó Tobal, al cuestionársele si el recrudecimiento de las penas que establece el Código de Protección a Niños, Niños y Adolescentes puede mejorar la situación.
Un total de 410 menores de edad se encuentran recluidos en los ocho centros especializados que dan tratamiento en todo el país, según Tobal, procuradora adjunta de la del Departamento de Familia y Menores, quien sostuvo que las cifras anuales suelen superar los 198 jóvenes, pero que no sobrepasan los 430.
Las denuncias
Las estadísticas relacionadas con el delito juvenil presentan deficiencias. En estos momentos se trabaja en el registro y organización de las cifras correspondientes a cada problema, como el nivel de reincidencia y la cantidad de niños, niñas y adolescentes enviados por año a los centros especializados. Sin embargo, de manera dispersa se pueden encontrar datos que arrojan un diagnóstico sobre la situación.
El informe “Niñez en cifras”, publicado por el Fondo de Naciones Unidas para la Niñez (Unicef), informa que el número de denuncias contra jóvenes de 13 a 18 años para 2008 superó el promedio que corresponde al período 2004-2006. En esos tres años la Jurisdicción de Niños, Niñas y Adolescentes recibió 450 acusaciones anuales, sin embargo en 2008 la cifra fue de 725.
De las 1,350 denuncias hechas entre 2004 y 2006, un 29% terminó en condena, con unos 130 jóvenes apresados al año por delitos mayores como el robo, el narcotráfico, la violación sexual.
“Los adolescentes que cometen delitos menores (riñas, violación de propiedad privada, entre otras) no van a los centros, sino que deben cumplir unas medidas socioeducativas supervisadas por la Dirección Integral de Atención al Adolescente en Conflicto con la Ley Penal”, explicó la directora de Niños, Niñas y Adolescentes de la Procuraduría.
En este año, desde enero hasta julio, la jurisdicción trabajó 368 acusaciones, un resultado que apunta a una tendencia que superaría, si se mantiene, las 725 de 2008.
Causas
Así como aumenta la violencia social y la inseguridad ciudadana, también crece la participación de adolescentes en actos delictivos. Mientras unos consideran que las cifras de delincuencia en la juventud tienden a la exageración, otros opinan que la violencia es un mal general, del que las generaciones jóvenes no escapan.
Luis Rosario, coordinador de la Pastoral Juvenil y opositor a la idea de modificar el Código de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes para recrudecer las sanciones, argumenta que la crisis en la seguridad ciudadana se debe a la pérdida de valores familiares y humanos y a la deficiencia en la educación. Considera que lo fundamental que hay que hacer es garantizar a la juventud, y en especial a la que delinque, “un calor espiritual, amor y atención, para lograr integrarla al mundo de los valores y los ideales”.
“Faltan más oportunidades. La Ley presenta una serie de derechos que son permanentemente conculcados, no sólo por el Estado, sino por todos en la sociedad. Es indispensable fortalecer la educación y promover el cumplimiento de los derechos de la juventud”, pronunció Rosario, al referirse a las oportunidades de desarrollo y participación que tienen los menores de edad en República Dominicana.
Rosario dijo que el Estado invierte una cantidad dinero en educación que no siempre se refleja en buenos resultados y que hay que trabajar en su calidad, porque el sistema educativo puede ayudar a solucionar este problema. “Hay que trabajar duro en el cultivo de valores y en la convivencia armoniosa”, expresó.
En la misma dirección de crítica a la ausencia de una educación de calidad dentro y fuera de la familia, Leopoldo Díaz, director de Hogar Crea, aboga por la revisión del Código, para detectar cuáles elementos deben fortalecerse para hacer más efi - ciente su cumplimiento.
“Creemos que se debe incluir en el código la obligatoriedad de crear una comisión de psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales, que revisen cada caso de manera particular, tal como se hace en Hogar Crea. Hay que analizar el Código con objetividad, sino seguiremos en lo mismo”, subrayó Díaz.
El coordinador de Hogar Crea criticó el estado en el que se encuentran los centros de internamiento y cárceles para menores y motivó a la evaluación de los distintos actores que funcionan en el marco del tratamiento de jóvenes delincuentes.
“Nos parece que el Código debe ser revisado y ponderado en cuanto a resultados obtenidos. Creemos que las instituciones y medidas deben medirse en torno a los resultados, porque conozco de casos en los que los coordinadores de los centros no cumplen con sus roles y no se tiene capacidad para modificar un patrón de conducta que afecta la paz y seguridad social”, explicó.
Las estadísticas de “Niñez en cifras”, de Unicef, indican que, de los centros especializados y cárceles de menores de edad que para el 2006 servían de casa de tratamiento de los adolescentes, la cárcel de Najayo concentraba más del 50% de los internos.
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ACUERDOS INTERNACIONALES

La abogada Marisol Tobal respalda la advertencia del presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa, de que hay que tener cuidado con las modificaciones que se quieren hacer al código de niños, niñas y adolescentes, porque pueden infringir los acuerdos internacionales de los que el país es signatario.
Citó el ejemplo de la Convención de los Derechos del Niño, en la que República Dominicana figura como firmante. “Somos signatarios de varios acuerdos internacionales, hay que revisar esos acuerdos y debemos cumplirlos en todas sus partes”.
La coordinadora propuso que se realice un foro en el que se expresen quienes estén a favor y en contra de la modificación del Código y se llegue a un acuerdo. “Es un papel de todos trabajar para que la delincuencia baje a nivel general”, expresó.